La “casita” de Lola Flores se abre a todos los jerezanos
Escrito por Lucía Torres Acosta el 1 de abril de 2023
En algún momento entre el documento de inscripción en el Registro Civil de María Dolores Ruiz, en 1923, y la impresionante bata de cola de terciopelo y organza negra que lució en la película Sevillanas, de Carlos Saura, en 1992, nació el mito Lola Flores (Jerez de la Frontera, 1923 – Madrid, 1995). El recorrido que va de esa hoja mecanografiada al fetichismo de poder ver tras una vitrina bocetos de trajes, muebles, premios, vestidos y joyas es el relato de cómo la joven jerezana Lolita Imperio de Jerez —su primer nombre artístico— se encumbró a la cima artística del flamenco con el sobrenombre de La Faraona. Y todo ha cabido en un espacio de apenas 300 metros cuadrados, la antigua Nave del Aceite de Jerez de la Frontera (Cádiz), que desde este viernes 31 de marzo es ya el Centro Cultural Lola Flores o su “casita”, como ya la ha renombrado su hija Lolita.
Los gallardetes burdeos ya están amarrados a los balcones, los operarios dan los últimos golpes metálicos a la arquitectura de palcos de la Carrera Oficial. Es justo lo que se espera de un Viernes de Dolores en Jerez, donde la Semana Santa se vive con intensidad, pero hoy había recogía en la ciudad. No era de una imagen religiosa volviendo a su templo, sino de la devoción laica por Lola, que ha tardado 28 años en encontrar un lugar en la localidad que la vio nacer. “Lola Flores es eterna y aquí está en su casa, viva, en Jerez”, ha exclamado Lolita a las decenas de medios y curiosos congregados, poco antes de entrar en el museo. En el día que hubiese sido la celebración de un santo que a la artista bien le gustaba celebrar, la alcaldesa Mamen Sánchez ha dejado claro que la folclórica al fin volvía a Jerez “para quedarse para siempre”.